lunes, 25 de abril de 2011


Antologías Personales



La vida en tres tiempos

Poemas de Ángel Madriz

Existen dos momentos de asumir la palabra: el primero, como simple instrumento para manifestar estados anímicos, a través de metáforas lúdicas y prefabricadas sin el consen- timiento de compromisos de ninguna especie y por tal, desde luego, desprovisto de proposiciones válidas que puedan manifestar su momento histórico: es evidente que existen diversas formas de enfrentar la ubicuidad, ya como portador de un mensaje social, o simplemente a nivel lingüístico. El otro momento consiste en retomar la palabra tal y como es y darle forma dentro de la configuración del poema, hasta que ésta vaya adquiriendo el matiz necesario y justo, sin el aspaviento de dar estilos cargados de magnificencia retóricas, pues, en todo caso, el hecho consiste en abrir una puerta a la posibilidad de nuevas aventuras a riesgo de contravenir las instancias tradicionales.

El libro comprende tres partes imbricadas con la cosmo-visión de un poeta-hombre, que prefiere desandar a partir de sus primeras vivencias y carente aún de la praxis vivencial, hasta el hombre cargado de múltiples dramas dolorosos de la vida, porque precisamente, el acto de poetizar no puede ser, ni puede quedarse solamente en la mera complacencia, o mejor, ser copartícipe de la retórica vacua, a espaldas de la Historia..

En efecto, en la primera parte el poeta exalta a la Madre; es una dedicación amor maternal en la cual hay una reflexión referente al origen y que a su vez se enfrenta al mundo, a la ciudad y a la Historia con un manejo del lenguaje lexical de trascendencia universal.

La segunda parte está dedicada al Padre, donde se capta sintomáticamente la valoración del mundo en la cual ya no está presente el párvulo debatiéndose frente a la áspera cotidianidad, sino, el hombre maduro, con la experiencia necesaria como para hacerse sentir y hacer sentir el mundo que le rodea y, por último, la tercera parte, el hombre ya posee el tacto suficiente para valorar el mundo objetivo de la ciudad, pero no como lo plantea Hegel, de que "Sólo es bello aquello que encuentra su ex- presión en el arte, en tanto sea creación del espíritu: lo bello natural no merece este nombre más que en la medida en que está relacionado con el espíritu", sino más bien como un hombre contaminado por el proceso del devenir histórico desde cuya pers- pectiva asume su rol vivencial, comprometido con los aspectos políticos y sociales que son en consecuencia, la materia prima de que se nutre y se evidencia -como poeta- de una estética que verifica la .síntesis del mundo habitado por gente y no por fantasmas poetizables y nada más.

José Parra Finol
11-10-89






Selección de la Vida en tres tiempos

Primer tiempo

A No la Elena, mi madre

I

Verificación de la existencia

1

Una palabra puede derramar el mundo en que vivimosdesde lavas inmemoriales. Consumimos los confines egotistas, aniquilar la unidad existencial de nuestras carnes, despertamos del soliloquio macerado con nuestros astros y depositarno frente a la razón plural de ser el universo. -na palabra se puede detener ante este siglo. Decirle de su pasado miserable que instituye argumentos para justificar sus laxitudes. Una palabra es todo lo que tenemos y quizás la oportunidad de conocerlo. No hay excusas para detener pronunciamientos, aunque nuestra historia caiga afásica, con alardes de discursos impropéricos para subsistir. Cualquier palabra puede derrotamos sin esfuerzo mayor, con previo aviso. Puede sin embargo una palabra mejoramos este muladar que es mundo y lo vivimos, por razones míticas que aún permanecen desde las primeras oralidades. Una palabra es ósmosis vital, mi catapulta antropogónica, el juego del cual los ahalorios extráennos al fuego de la eternidad providencial.

II

Del tiempo y sus conjuntos

3

¡Cómo pasa el tiempo tan rápido y sin quererlo! Yo nosmiro palidecer ante el oráculo infrangible de este siglo. Oscuridades tormentosas serán las abluciones hipócritas de abandonistas sucesorios. No podía la esperanza, arrebatarle la posición absolutista de instaurar el nepotismo, que en horizonte obtuso, levantaría esta miseria de memoria y de presente. Atravesada estaba por conjuros cosmogónicos, que vinieron asentándose desde el grito libertario iniciático. Es entonces hora para imponer desesperanzas. Desinhibir la potencialidad del pesimismo. Expandirse cual espasmo solar, entre la filaria gigantesca vigilándonos. Decantar el porvenir opreso y brindarlo, como solución única a nuestros depredadores. Porque la hora de revivir nuestro acervo vivencial, está en manos de la mentira antropogónica... Estirpe de un proyecto ciudadano diluído por el muladar, que rindió probidades ajenas al asesino versado en el acto castrense de la muerte. Y sin aviso colectivo, a espaldas de razones patrióticas obligadas, surgió la abolición de amor lo terreno cotidiano, que es hoy, raíz aciaga de la enajenación patrimonial. ¡Cómo pasa el tiempo y nos abisma, sin conmiseración por los nacientes, hasta el lodo de odio recordando la indefensión para vivir libres de pasados abyectos. Yo, nos compadezco por cada paso que perdemos en reconstruimos una Historia.


Segundo tiempo

a Ángel Custodio, mi padre

Sobre el camino de la vida

3

Con la argucia y la paciencia de los corazones valientes,pude imponerme a los esquilmos ingénitos de la naturaleza senil. Había sido testigo de sus declinaciones mórbidas, cuando trataba de obtener la preceptoría del mundo púber que apenas delectaba. Manejaba el usufructo que la perfidia, obtenida en trueques nefandos con la ingenuidad. No había en mis conductos existenciales, lenidad alguna para compunciones pueriles, mientras pendía la necesidad impostergable de resarcir nuestras miserias sociales. Tú, allende el híbrido pasado de la excelsa estoicidad humana, os miras la oquedad obsesa, émula de una historia que transmutaría en prorrateo de capitulaciones persistentes. Tú apología patriarcal del populismo patriotero, encuestada por los historiadores de nuestros holocaustos, os miras tus jirones de esperanza, las amputaciones del alma que vuestros convictos dejaron cual óbito punible, en el paradigma de la felicidad incauta. Más, si cualquier mañana futurista puede impermeabilizar nuestras desafecciones por el núbil lago que dispone sus coordenadas cerriles -lo sabemos por su existencia disoluta-, podremos rescatar los huesos remotos que permanecen en el Ínclito furor de la palabra. Allí estará, semejante a una ninfa fraguada por la poesía, la primera razón para desenmascarar la risa ... el no límite verbal de nuestra vida.

Tercer tiempo

a José Luzardo, a los amigos, a la ciudad-

V

Días aciagos

3

Cualquiera puede mostrar sus condecoraciones poéticas, lanzar al mar una metáfora y encontrarse con una docta formación académica. Cualquiera en estas décadas de auxilio puede encontrar la veta lenitiva de la violencia literaria, humillando el barro crudo e incestuoso que subyace en nuestras pieles, como una oruga en pos de la quiebra lexical. Cualquiera en este país de aguas infinitas, puede elaborar una noria inusitada de expresiones imprevistas y poseerse, en un instante, la sensorialidad voluble de egregios veredictos. No pueden sin embargo, livianos proselitistas del vocablo hiperestésico, extraer la sangre cerril del intelecto, que muestra solamente las roturas de la vida.

7

El silencio será canjeado por amor y volverán las alegres formas de la felicidad a pasearse solitarias por las veredas prolíferas que el mar humano conformará con sus victorias. Será una era incontenible de palabras derrumbando las esfinges míticas de una ciudad obsesa en mutaciones objetuales. La Ontología caerá llovida en pútridos argumentos de desaparición irrevocables. La humedad que nos evidenciará como clase genética de la esperanza tendrá su panacea verbal en la reflexión vital y el lenguaje sumo. Verterán los advenedizos sus últimos sudores y caerán fulminados por el nadir augusto de la reivindicación intelectual. Surgirá una homocéntrica provincia con vigores futuristas y de ella aprenderemos a conducir el galeón de nuestros cuerpos emotivos. Final irreversible para este muladar de cosas asumiéndonos.

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