sábado, 27 de febrero de 2010


Argumentos vencidos



"Ninguna pérdida debe sernos más sensible
que la del tiempo, puesto que es irreparable."
Zenón de Eleas


Entre las matemáticas y la poesía no existen diferencias objetivas. No las hay tampoco entre ésta y cualquier otra esfera del pensamiento que tenga como esencia los destinos del hombre y cuya sustancia sea la expresión creadora. Ambas se justifican en sí mismas a partir de la imaginación, de su intensión eminentemente constructora de realidades. Mientras más altos sean los niveles de la reflexión matemática –decía Ferrater Mora-, más cerca de la expresión poética se encuentra. En fin, las metáforas del universo son hoy más intensas, más totales, más libres, como más sorprendentes, inestables y caóticas son las relaciones de éste con el hombre, por lo que siempre es una forma de encontrarse con las certezas de la imaginación el utilizar las incertidumbres del lenguaje, que están permanentemente acosándonos con sus definitivas formas de abarcarlo todo, desde el pasado más remoto hasta el delirio inimaginado frente a los astros, a partir del hondo sentido de amar, hasta las tortuosas manifestaciones del mundo en su reinvención permanente. No hay por lo tanto fórmula alguna para entender y explicar las inextinguibles aristas de la existencia y si de dejar constancias imperecederas se trata, el poeta no vacila para erigirse en instrumento permanente de expresión cósmica, en donde el número sería una posibilidad estética para darle nombre a cada componente del universo.
Argumentos vencidos es el libro del poeta Edixon Rosales que más cerca está de esa unidad en la que el hablar y el pensar tienden a conformar un fluido rítmico de palabras espesas cuyo sentido está íntimamente ligado al espíritu, al intelecto a los sentidos. De la manera más sencilla, como sólo suelen hacerlo aquellos para quienes el lenguaje es metáfora, símbolo o simplemente diálogo vital, el poeta Rosales desviste a la mujer, le quita una a una las prendas del cuerpo; la despoja, en un acto sutil, de los aditamentos del alma y la disfruta en toda su belleza, en todo su esplendor. Alcanza en este acto de inusual cotidianidad, la trascendencia de ser uno y parte de la experiencia humana. Cada uno de los cuarenta y dos poemas que integran este libro, es una manifestación del oficio permanente que el poeta asume desde la palabra, metáforas insistentes y precisas de una vida cuya persistencia tiene forma de abstracción geométrica, algebraica o simplemente cuenta, una a una la presencia de todos los seres que actualizan su presencia.
Argumentos vencidos es una musicalización de las estancias infinitas que el hombre va encontrando en su discurrir diario. Oye y canta, mira y escribe, anda y sueña, habla y ama. Vive y simplemente recuerda que el sol debe ser la luz de la eternidad, el quebranto de la soledad, el grito de la realidad, la alegría de todas las historias. A medida que escribe, el poeta dialoga con sus entidades, ondea sus cielos, se hunde en sus océanos, cabalga sobre las carnes de sus inextinguibles amantes, órficas hechiceras de piel y éter. Argumentos definitivos para hilvanar los números de la palabra estética.
Argumentos vencidos es un libro perteneciente a la colección Cal y agua, y fue editado por Ediluz en 2008.

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